jueves, 1 de febrero de 2018

Mensajería independentista catalana




¿De verdad que los medios de comunicación, políticos, politólogos y ciudadanos se creen y asumen el montaje sectario independentista catalán de los dichosos mensajes captados con una cámara de TV, como reales?
¿De verdad nadie es capaz de ver el teatro de la secta independentista catalana?
¿De verdad cree algún ingenuo que un fugitivo experto como cualquiera en el uso del teléfono va a exponer su pantalla con total claridad y durante el tiempo suficiente a las decenas de cámaras de periodistas que tiene a sus espaldas?
¿De verdad nadie piensa que cuando una secta no puede sobrevivir en un medio legal y democrático, llama al sentimiento de sus fanáticos con mensajes de sacrifico y martirio sufrido?
Si los mensajes que publicaron los medios de comunicación dijeran: “Deberían sacrificar a sus hijos para que Europa se dé cuenta del acoso al que nos vemos sometidos”, desde ayer habría una nueva ronda del famoso Día de los Inocentes del Nuevo Testamento.
Y los fanáticos de la secta, con gusto hubieran metido a sus hijos en una picadora de carne.
En definitiva, si Charles Manson hubiera cometido sus asesinatos llevando un teléfono multimedia, hoy día sería preso político a ojos de la chusma.
¿De verdad la ingenuidad y la decadencia de la población puede digerir tantas pastillas de mentiras con sabor a mierda y pensar que come chocolate?
Es tan obvio de una forma tan burda…
Claro, que cuando de fanatismos o sectarismos se trata, la sutilidad no es necesaria.
La violencia… Esa sí que deja las cosas en su sitio de una vez por todas y limpia la humanidad de cosas que no deben reproducirse.
Me refiero a un oportuno terremoto o cataclismo a falta de suficientes balas.

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