jueves, 1 de febrero de 2018

El puritanismo


No me parece bien ni mal que hayan anulado la presencia de modelos y azafatas en las carreras de F1. Es una de esas idioteces, como cualquiera de tantas a las que estoy acostumbrado a tener que oír quiera o no.
Como se dice coloquialmente, me suda la polla. No me ponen nervioso las mujeres-publicidad; podrían poner cerdos (de cuatro patas) en el pódium y me reiría con ganas.
Solo me parece puritanismo fariseo. En un tiempo en el que los autorretratos de mujeres usuarias de redes sociales (cuanto más sensual y sexi mejor, aunque no desnudas) se han impuesto y promovido como un medio para captar más visitas y actividad, el asunto de prohibir modelos y azafatas es de una espantosa hipocresía.
Tal vez, lo que quieren es monopolizar la exhibición de mujeres hermosas hacia canales de pago. Nada más.
Las mujeres guapas no solo despiertan “deseos impuros”, lo peor es la envidia.
Las grandes firmas de moda pronto tendrán que usar maniquís de madera (sin pechos) en pasarelas móviles para lucir sus creaciones.
En un mundo idiota, solo pueden ocurrir idioteces.
La vanidad forma parte de la genética del ser humano (como la envidia), así que no jodan con estupideces, porque solo están robando la libertad de las mujeres, la de mostrarse como quieren.
Y como si sobrara trabajo, las consecuencias económicas, aportarán su granito de mierda a esta montaña de hipocresía barata y populachera.

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