sábado, 27 de enero de 2018

El graciosillo del anillo


Hay momentos que dan ganas de soltar una buena carcajada; pero como todo lo bueno, es breve.
Mi hijo observa mi anillo y recita con notable sarcasmo:
“Un anillo para gobernar Ripoll”.
Acto seguido toso por la risa, escupo el cigarrillo y pienso en lo graciosillo que es el chaval.
Sin embargo, ya ha puesto en marcha mi imaginación y me veo como un enano de pies peludos y orejas de punta.
Y me pregunto si esto es La Comarca.
Poco a poco, gracias a su jocoso comentario, me denigro inevitablemente.
Por fin, me hago invisible.

No hay comentarios: