domingo, 28 de enero de 2018

Conocimiento e incontinencia


Adquirir conocimiento es desarrollar la decepción.
La decepción es la absoluta uniformidad, lo monótono y predecible.
Lo predecible y monótono es el pensamiento colectivo y común.
Y solo por medio del dolor es posible evadirse de ese pensamiento común que pudre la dignidad.
Si el dolor es ajeno conducirá a una inevitable, deliciosa y perversa satisfacción.
A veces se me escapa el semen sin pretenderlo y sin placer. Una incontinencia obscena.
No es patológica, tan solo una inmoral reacción a la decepción.
Si Dios fuera un tumor, yo sería un bisturí extirpándolo del colectivo pensamiento.
El conocimiento lleva a la decepción y a mi autodestrucción, porque no existen dioses ni bisturís extraordinarios.
Las madres deberían considerar las posibles decepciones antes de parir.
Mi madre pecó de egoísta y frívola al parirme.

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