domingo, 8 de mayo de 2016

Estallido primaveral


Hace unos días, era un arbusto retorcido, reseco, de ramas vacías y cubiertas de musgo.
De lo que se cubren  las cosas muertas.
Es impactante su explosiva resurrección, y es real; no como la de Jesucristo.
Tengo que formar parte de este tormento, de esta vorágine de vida.
De esta fuerza arrolladora e imparable.
Morir aquí, con ellos, no es morir.
Habrá un día que no podré escribir, las ramas no son funcionales para algunas cosas.
Y estará bien.

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